Pánfilo de Narváez mientras tanto llega a
Ulúa al mando de 1400 hombres, con la intención de acabar con Hernán
Cortés, por indicaciones de Diego de Velásquez, por lo que Cortés tuvo
que partir rumbo a Ulúa para enfrentarse a Narváez, y dejó a Pedro de
Alvarado en Tenochtitlán como jefe del destacamento. Hernán Cortés en su lucha obtiene la victoria en Zempoala, por lo que muchas de las personas que venían con Narváez lo apoyaron.
Durante la ausencia de Hernán Cortés en
Tenochtitlan Pedro de Alvarado quedó al mando, vigilando a Moctezuma.
Por estas fechas los indígenas tenían un importante ritual religioso que
involucraba algunos sacrificios, y uno especialmente horrible en honor
a huitzilopochtli, que consistía en abrirle el pecho a
un joven, sacarle el corazón y cortarle la cabeza para seguidamente
enterrar sus restos con gran pompa. Al enterarse Pedro de Alvarado,
soldado valiente pero de corta visión, realizó gran matanza de indígenas
quienes comenzaron a revelarse, así cuando regresó Cortés encontró a la
ciudad en una gran agitación. En medio de esa gran lucha Hernán Cortés
le pidió o más bien obligó a Moctezuma que calmara a su gente, y así lo
hizo Moctezuma que salió a tratar de calmar a los furiosos habitantes de
Tenochtitlán quienes al ver tal falta de caracter de su lider le
dejaron caer una lluvia de piedras haciendo que Moctezuma perdiera la
vida, aunque otra versión es que en realidad estaban tirándole flechas y
piedras a los españoles, y que alguno de esos proyectiles mató al
emperador por error, teoría comprensible porque toma en cuenta las
profundas creencias religiosas que los hubiera convertido en sacrílegos
al atacar al emperador.
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